¿Quieres descubrir a fondo los motivos que inspiraron la arquitectura y la decoración de la Catedral de Granada? En este artículo te contamos cómo la fe, la reforma y el poder imperial dieron forma a uno de los templos más impresionantes del Renacimiento español.
La Catedral de Granada fusiona dos estilos: el Renacimiento y el Barroco, adoptando un diseño procesional. Su trazado fue encargado al célebre arquitecto Diego de Siloé, quien propuso un templo con gran cabecera y cuerpo basilical, siguiendo modelos renacentistas italianos.
Para comprender el diseño de esta obra monumental, es clave conocer dos contextos fundamentales: el ambiente reformista y la decisión imperial que marcaron su construcción.
El primer factor es el ambiente de renovación religiosa tras la conquista cristiana. El arzobispo fray Hernando de Talavera, de la Orden de San Jerónimo, impulsó una orientación pastoral basada en la centralidad de la Eucaristía y la participación activa del pueblo cristiano.
Estas ideas se plasman en el diseño arquitectónico de la catedral, especialmente en la planta, orientada a destacar el altar mayor como eje de la vida litúrgica. No obstante, fue en 1526, bajo el mandato del arzobispo Pedro Ramírez de Alba, cuando se aprobó el diseño definitivo, que rescataba elementos de la tradición paleocristiana.
Por otro lado, Carlos V eligió la Catedral de Granada como lugar para su sepultura, lo que añadió una dimensión imperial al proyecto. Aunque su hijo Felipe II cambiaría esta decisión trasladando el panteón real a El Escorial, la influencia del emperador quedó reflejada en el simbolismo de la catedral.
Esta intención funeraria inicial se mantuvo en el diseño de la capilla mayor, que actúa como espacio conmemorativo y monumental. Así, el templo quedó marcado por tres funciones: histórica, litúrgica y funeraria, que se reflejan en su arquitectura e iconografía.
La unión de estos factores generó una arquitectura única. La cabecera central adquiere un carácter simbólico, no solo como espacio para la liturgia eucarística, sino también como monumento al triunfo de la fe cristiana tras la toma de Granada.
A través de esta estructura, el Cabildo, la Corona y el Ayuntamiento quisieron consolidar la nueva identidad religiosa de la ciudad. La capilla mayor se convirtió en el centro espiritual del conjunto, núcleo de toda la edificación.
Desde la Catedral de Granada se extendió una intensa devoción a la Eucaristía, tanto en el arte sacro como en la religiosidad popular. La festividad del Corpus Christi, una de las celebraciones más destacadas de la ciudad, encuentra su epicentro en este templo, reflejando su papel como corazón espiritual de Granada.
Reformadores como San Juan de Ávila y fray Luis de Granada también reforzaron esta visión, dotando a la catedral de un profundo contenido teológico.
Ahora que conoces el contexto que dio forma a la arquitectura y decoración de la Catedral, puedes apreciarla con otros ojos. Cada columna, cada capilla, cada detalle tiene un significado profundo.
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