La iglesia del Monasterio de San Jerónimo de Granada es una de las construcciones renacentistas más impresionantes a nivel nacional, destacando por su belleza y su historia. Por este motivo, es importante descubrir los datos más interesantes sobre la Capilla Mayor del Monasterio de San Jerónimo.
¿Te gustaría conocer en profundidad los elementos y las peculiaridades de la Capilla Mayor del Monasterio de San Jerónimo? ¡Quédate a leer nuestro artículo, te mostramos todo lo que debes saber a continuación!
El Monasterio de San Jerónimo fue fundado por los Reyes Católicos, aunque el impulso definitivo para su construcción tuvo mucho que ver con la actuación de Doña María Manrique, duquesa de Sessa y Terranova, la cuál se convirtió en la viuda de Don Fernando González de Córdoba, conocido como el Gran Capitán.
Doña María Manrique, a través de un mecenazgo, solicitó a Carlos V la concesión del altar mayor del Monasterio de San Jerónimo con la intención de convertirlo en un panteón familiar.
En un principio, la construcción de la Capilla Real se llevo a cabo por Jacobo Lazzaro di Petro Torni, el cuál había trabajo antes en la Capilla Real de Granada. No obstante, tras su muerte, tomó las riendas Diego de Siloé.
Cabe destacar que la duquesa murió antes de que las obras estuvieran terminadas, por lo que su nieto y heredero no pudo financiar los monumentos funerarios del Gran Capitán y su esposa, que nunca llegaron a realizarse.
La ubicación de la Capilla Mayor no es casual, sino que todo está completamente pensado y establecido. Así, se sitúa sobre una escalinata para que las vistas desde el coro alto sean perfectas. De este modo, cuando los monjes realizaban su oficio diario, adquirían todo el protagonismo y ningún elemento entorpecía la visualización de los mismos.
Además si miramos hacia arriba, esta Capilla Mayor cuenta con una bóveda de cañón en su parte inicial, seguida de una bóveda de horno donde podemos observar figuras y relieves de apóstoles, ángeles y santos guerreros a los que la familia de los duques eran devotos.
Hoy día sigue sin conocerse quién fue el autor del retablo de la Capilla Mayor del Monasterio de San Jerónimo, aunque sí sabemos que el primer pintor que trabajó sobre el retablo fue Juan de Aragón.
Asimismo, en su creación participaron personalidades como Diego de Navas, Bernabé de Gabiria, Pablo de Rojas, Diego Pesquera, Lázaro de Velasco, Alonso Rivero de Jaén, Luis Fernández, Francisco Castillejo de Sevilla, Miguel Sánchez de Córdoba y Pedro Orea, entre otros.
Por ello, a lo largo de los años fue modificándose el retablo y añadiendo nuevos cuerpos hasta alcanzar nueve calles organizadas en sotobanco, banco, cuatro cuerpos y ático, a través de los cuales se relata la vida de Cristo. Así, el primer cuerpo es de orden dórico, el segundo de orden jónico, el tercero de orden corintio y el cuarto es de orden compuesto.
Respecto al ático, representa a Dios acompañado por los santos Justo y Pastor, y por las Virtudes Teologales (Fe, esperanza y Caridad) junto con las Cardinales (Prudencia, Fortaleza, Justicia y Templanza).
Fuera del retablo también se aprecian las esculturas orantes del Gran Capitán y la duquesa María Enrique.
Finalmente, los restos de la familia del Gran Capitán se dispusieron en una cripta bajo la iglesia del Monasterio de San Jerónimo pero, durante la invasión francesa, la tumba fue profanada.
Ante este acontecimiento, un monje recogió los huesos que quedaron en el lugar y los entregó a la Academia de Nobles Artes, pasando por diversos emplazamientos como el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid. Así, en 1874 fueron devueltos a Granada.
Como se ha podido observar a lo largo de este artículo sobre la Capilla Mayor del Monasterio de San Jerónimo, su historia y los grandes artistas que trabajaron en ella la han convertido en una gran obra capaz de impresionar y deleitar a todos sus visitantes.
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