Pocos matrimonios han sido tan importantes para la historia de nuestro país como el de Isabel y Fernando, monarcas que alcanzaron una gran reputación y protagonizaron hechos históricos de gran envergadura. Por este motivo, es importante conocer todas las dificultades y los contratiempos que envolvieron la boda de los Reyes Católicos.
¿Te gustaría descubrir las mayores curiosidades sobre el enlace de los Reyes Católicos? ¡Quédate a leer este artículo, te mostramos todo lo que debes saber a continuación!
Uno de los principales inconvenientes que tuvieron Isabel y Fernando para poder casarse guarda relación con la necesidad de disponer de una bula papal. Ambos pertenecían a la dinastía Trastámara y, más concretamente, eran primos segundos.
Enrique IV, hermano de Isabel y rey de Castilla en ese periodo, presionó a Roma y a los legados papales para que esa bula no fuera dispensada, ya que tal matrimonio podía aumentar el poder de Isabel y Fernando, dándoles la posibilidad de interferir en sus intereses respecto a la corona.
Ante esta situación, se decidió falsificar una bula firmada por Pío II, pontífice que había muerto 5 años atrás y que permitía el matrimonio entre primos hasta el tercer grado.
El siguiente problema al que tuvieron que hacer frente Isabel y Fernando era el de producir el encuentro para poder oficiar el enlace. Tal era la oposición de Enrique IV a que se celebrara dicho matrimonio, que trató de impedir que Fernando cruzara la frontera castellano - aragonesa.
De este modo, Fernando tuvo que viajar de forma clandestina disfrazado de mozo de mula en un grupo de comerciantes hasta llegar a Valladolid, lugar donde se llevó a cabo el enlace. Así, el 19 de octubre de 1469, Isabel y Fernando se casaron en el palacio de los Viveros.
El engaño de la bula papal no pudo mantenerse durante mucho tiempo y les costó la excomunión tanto a Isabel como a Fernando, por lo que, a efectos religiosos, el matrimonio no era válido.
Tuvieron que pasar 2 años hasta que se encontró solución al problema. Además, vino directamente desde el propio Vaticano, ya que en 1471, el papa Sixto IV, a través de su legado, Rodrigo Borgia, llegó a un acuerdo con los Reyes Católicos para regularizar el matrimonio.
El pacto consistía en ofrecer una bula papal si, cuando fueran reyes, concedían la ciudad de Gandía y nombraban duque a su hijo primogénito e ilegítimo, Pedro Luis Borgia. Así se obtuvo la llamada "Bula de Simancas".
Como se ha podido observar a lo largo de este artículo sobre la boda de los Reyes Católicos, los monarcas tuvieron que enfrentarse a numerosos obstáculos para poder celebrar el enlace, cambiando así nuestra historia e iniciando una etapa de notable importancia en el ámbito social, económico y cultural de nuestro país.
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