Decoración de la sacristía del Monasterio de la Cartuja de Granada

La Cartuja de Granada es un monasterio barroco considerado una de las obras más notables del siglo XVI por la belleza de sus estancias, entre las que destaca la sacristía. Por este motivo, es importante conocer la decoración de la sacristía del Monasterio de la Cartuja de Granada.

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Construcción de la sacristía

Hay algunas discordancias respecto al año en el que se iniciaron las obras de la sacristía del Monasterio de la Cartuja de Granada. Así, hay autores que sitúan este acontecimiento en 1727, mientras que otras personalidades lo retrasan hasta 1732.

Lo que si es cierto es que la duración de estas obras tuvo que prolongarse, ya que a diferencia de otras estancias como el refectorio o la sala de profundis, la sacristía tuvo que levantarse sobre un sótano abovedado.

Respecto a su composición, la sacristía se proyecta como un templo de nave única, cubierta con bóveda tabicada y muy decorada, contando con alvéolos laterales, un crucero y una cabecera con retablo que hace las veces de capilla mayor.

Cabe mencionar que los tramos de la nave son desiguales, alternando espacios amplios con otros más angostos. Asimismo, la traza recuerda a los proyectos jesuíticos.

Cabecera, cúpula y cabecero

La cabecera del sagrario del Monasterio de la Cartuja de Granada está presidida por un retablo de mármol, hasta donde se proyecta la cúpula del crucero, ovalada y sin tambor, además de no existir un desarrollo de los brazos.

La cúpula se crea sin tener en cuenta la simetría entre el centro de los brazos cortos de la cruz y el punto axial de esta, siendo en estos elementos donde se reflejan soluciones originales.

De este modo, la cúpula se levanta siguiendo a pequeña escala el sistema constructivo de Brunelleschi en la Catedral de Florencia, alzando una doble cúpula que se une a la base de la linterna y que deja un pasillo entre ambas. Así, se prepara el cascarón interior para ser decorado al fresco, mientras que el exterior se refuerza para soportar sobre ella la propia cubierta.

La decoración de la cúpula se debe a Tomás Ferrer, pintada en 1753, representado a 6 santos ermitaños.

El perfil exterior recrea la línea serpentina, cubierta con teja y vidriada en sus aristas. Al tener su cabecera en chaflán, sus paños crean un octógono, logrando uno de los ejemplos más brillantes de cúpula de perfil contracurvo del barroco.

En el crucero, sobre 4 repisas, podemos ver imágenes que representan a San Cosme, San Damián, San Miguel Arcángel y Santa Roselina. Los excepcionales marcos que decoran el conjunto son obra de Luis Cabello, destacando los pertenecientes al primer tramo de la sacristía, enmarcando a una Inmaculada y un Crucificado de muy buena factura.

Predominio de formas abstractas y contrapunto al blanco

El recinto de la sacristía del Monasterio de la Cartuja de Granada tiene una amplitud y una altura que supera la lógica de su funcionalidad. Su sensación de grandeza se intensifica por el vacío central, la blancura de sus paramentos y por el diseño romboidal de su pavimento.

La decoración, a partir de formas abstractas y geométricas, muestra una obra de exquisita ejecución que provoca un impactante efecto ilusorio en el visitante. Par ello, también se juega con la luz, la cual desciende desde las ventanas superiores que se esconden tras la espléndida cornisa que recorre el templo, lo que provoca una existencia de sombras y volúmenes por todo el ámbito.

El contrapunto al blanco se encuentra en el basamento de mármol jaspeado procedente de las canteras de Lanjarón, labrado por el arquitecto Vicente Acero.

¿Por qué visitar el Monasterio de la Cartuja de Granada?

Como se ha podido observar a lo largo de este artículo sobre la decoración de la sacristía del Monasterio de la Cartuja de Granada, abrir los ojos en este precioso lugar nos hace sentir el alma, mostrándonos el concepto de belleza en su máximo esplendor.

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