La construcción de los pilares corintios de la Catedral de Granada se desarrolló entre 1533 y 1555, requiriendo más de 20 años para crear una de las construcciones más sorprendentes del templo.
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Con el objetivo de conservar las proporciones estilísticas de las formas clásicas, Siloé decide suplementar los 20 pilares del cuerpo basilical con diversos complementos arquitectónicos. Así, logra resolver el problema planteado por las diferentes alturas entre el cuerpo principal y la nave central de la catedral.
Como consecuencia, Siloé opta por pilares corintios coronados por entablamentos, aplicando relaciones proporcionales entre el capitel y el fuste, disminuyendo el diámetro del fuste y marcando detalles que concuerdan con los cánones clásicos.
La traza de los pilares centrales cuentan con un alto y recio pedestal regular sobre el que se apoya un pilar cruciforme con acanaladuras en las semicolumnas.
El fuste se encuentra coronado por un capitel corintio. Además, un dado prolonga la altura del pilar junto con un entablamento formado por arquitrabe y friso.
Vemos que el pilar finaliza con una esbelta pilastra cuyo entablamento arrancan los arcos y las nervaduras de los arcos.
Con todos los recursos que utiliza Siloé, consigue articular las medidas divisiones de las capillas y proporcionar un esqueleto estructural de directrices lineales, además de diferenciar y unir los volúmenes espaciales del interior.
El modelo de Siloé en la Catedral de Granada supuso un referente en otras catedrales y templos mayores. Así vemos su influencia en la Catedral de Guadalajara (México), la Catedral de Málaga o la Catedral de Lima (Perú).
Además, Siloé también deja esta huella en la Catedral de Guadix, la Catedral de Jaén, y la Catedral de Cádiz, haciendo que su huella se expanda por otros territorios.
Como se ha podido observar a lo largo de este artículo sobre los pilares corintios de la Catedral de Granada, gracias a su construcción se obtuvo en el monumento una sensación de armonía y equilibrio, haciendo que al entrar en la catedral sintamos su grandeza e importancia.
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