El punto de encuentro será la Plaza de Santa Ana, delante de la iglesia. Domingos por la tarde.
Antes de ser habitada por los musulmanes en el siglo VIII, Granada fue judía y cristiana: Garnata al-Yahud. Quedan pocos vestigios arqueológicos de aquella ciudad íbero-romana y visigoda, donde lo judeocristiano era el sello de la iglesia primitiva en Granada, en el tiempo en el que el nombre de la ciudad era Iliberia.
En época hispanomusulmana, la judería de Granada se convirtió en un barrio próspero de la ciudad y ambas culturas coexistieron por siglos en una sola: la cultura andalusí. En 1492, año de la Toma de Granada, fue también el año en el que los Reyes Católicos firman el “Edicto de Granada” por el que los judíos debían elegir entre el bautismo o el exilio. Es el edicto conocido como el de la expulsión de los judíos de los reinos de España. Una de las consecuencias de este edicto fue la destrucción absoluta de la judería de Granada.
Tras la orden de los Reyes Católicos, el barrio judío quedó arrasado. Nada queda en pie, ningún testimonio monumental, pero sí podemos rememorar y visualizar con nuestra imaginación, apoyándonos en los datos de las crónicas y escritos históricos, cómo pudo ser.
El Concilio de Elvira fue el primer concilio cristiano celebrado en la Bética, cuando Granada era un municipio del imperio romano: Municipium Florentinum Iliberritanum. Se reunieron 19 obispos y 26 presbíteros en el primer tercio del siglo I y sus actas se convierten en una de las fuentes escritas más valiosas en cuanto a la información que nos aporta sobre la comunidad judía granadina.
Haremos una inmersión histórico-poética y cultural en los referentes más importantes de la tradición hebreo-sefardí, recuperando el aroma de una de las tres culturas que fundamentaron la sociedad granadina en todas sus etapas históricas desde el siglo I.
Si nuestra ruta “El Realejo: territorio e identidad multicultural” nos lleva conocer a fondo la totalidad de este genuino barrio granadino; “La Granada Sefardí” nos permite detenernos y recrear los espacios de la antigua judería, identificando su centro neurálgico y refrescando la esencia de su lenguaje y las ricas aportaciones de su idiosincrasia.
Recuperando el protagonismo que la comunidad judía tuvo en la historia de Granada durante más de 1.500 años, es dar luz a una Granada que sin duda fue más que netamente musulmana.
Idioma disponible de la ruta: español.