El legado de Isabel la Católica

Isabel la Católica falleció en Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504, cuando la reina tenía 53 años. Este hecho puso fin a tres décadas de su reinado, enmarcado por una figura llena de historia, vida y obra. 

Ha sido una de las mujeres más importantes de la historia de España. ¿Te gustaría conocer más acerca del legado de Isabel la Católica? ¡Sigue leyendo!

La vida de Isabel la Católica

Isabel la Católica, hija del rey Juan II de Castilla e Isabel de Portugal, ha sido considerada como una de las grandes mujeres de la historia universal.

En cuanto a su personalidad, podemos decir que fue una mujer muy educada, así como piadosa, inteligente e introvertida. De igual modo, fue preparada en diversas materias.

Tras la muerte de su hermano Alfonso, Isabel, con tanto solo 16 años, fue declarada como heredera al trono de Castilla. Mientras, decidió emprender un camino de reflexión junto con el Rey, que concluyó con los Acuerdos de Guisando. 

No fue hasta el fallecimiento de Enrique IV en 1474, sin haber llevado a cabo un testamento, cuando Isabel se proclama reina de Castilla.

Contrajo matrimonio con Fernando II de Aragón en secreto incumpliendo su pacto con Enrique. Juntos tuvieron cinco hijos: Isabel, Juan, Juana, Catalina y María. 

El testamento de Isabel la Católica

Gaspar de Grizio fue quien plasmó, como notario real, en la planas de vitela al dictado de la Reina. Uno de los primordiales reclamos que Isabel dejó en su testamento era que en su muerte fuese enterrada junto con su esposo, el rey Fernando. Hoy en día, ambos se encuentran descansando en el sepulcro hallado en la Capilla Real de la Catedral de la ciudad granadina.

En el testamento, Isabel declara como sucesora a su hija Juana, pero fue encerrada en un convento en Tordesillas. El reino pasó a las manos de su padre Fernando y posteriormente a su marido Felipe. 

Más adelante, el reino, ya unido con Aragón, sería gestionado por Carlos I, nieto de los Reyes Católicos, el hijo de Juana y Felipe. Este fue quien trajo la estabilidad y unidad, tal y como su abuela Isabel la Católica había deseado.

Carlos fue educado en idioma y costumbres por Luis Cabeza de Vaca. Finalmente, se acabó convirtiendo en Carlos I de España, sumando a su reinado el de los Países Bajos como Carlos V de Alemania. El destino de Carlos era sentarse en el trono como función de emperador.

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Como podemos ver, la vida de Isabel la Católica se encuentra enmarcada por múltiples hechos que han dejado huella en la historia de España. Así, hoy día podemos seguir recordando su legado en la Capilla Real de Granada.

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