La mayoría de los turistas que visitan el Monasterio de la Cartuja de Granada quedan asombrados por la belleza de este monumento y se sorprenden al conocer la importancia y los hechos que han tenido lugar en su interior. Por este motivo, es importante descubrir todas las razones por las que visitar el Monasterio de la Cartuja.
¿Te gustaría identificar la relevancia y las curiosidades que guarda el Monasterio de la Cartuja de Granada? ¡Quédate a leer este post, te mostramos todo lo que debes saber a continuación!
La historia del Monasterio de la Cartuja comienza en 1506 cuando el Gran Capitán cede unos terrenos de su propiedad en Alfacar, con la intención de que ahí se construyera el actual monumento. Sin embargo, cuando los monjes fundadores de la Cartuja del Paular llegaron a Granada en 1514, decidieron cambiar la localización del monasterio.
Como consecuencia, el Gran Capitán abandonó el proyecto y las obras se reiniciaron en 1516, teniendo que pasar 3 siglos hasta su finalización. Esto provocó la actual diversidad de estilos que podemos admirar en el monasterio.
Por otro lado, es importante mencionar que dicho monumento estuvo habitado por los monjes cartujos hasta el año 1835 y, en 1842, sufrió la destrucción de su claustro y de las celdas.
El Monasterio de la Cartuja está compuesto por múltiples dependencias. Así, las zonas que se visitan en primer lugar suelen ser el claustrillo, dotado de naranjos, una fuente y plantas aromáticas, junto con el refectorio, el cual servía como comedor para los frailes.
Asimismo, entre las salas comunes también se encuentran la sala profundis, dedicada a la oración, la sala de legos, que es la más antigua del monasterio, y la sala capitular de los monjes.
Finalmente, las estancias más asombrosas del monumento corresponden con el Sagrario, la Sacristía y la Iglesia. De este modo, en el Sagrario se distingue entre todos sus componentes la cúpula celestial pintada por Antonio Palomino y el trabajo realizado por Hurtado Izquierdo, haciendo uso de materiales de alta hermosura y delicadeza para transmitir un profundo sentido religioso.
Respecto a la Sacristía, la cual muchos consideran la más bella del mundo, observamos formas abstractas y geométricas en sus paredes, unido a mármoles, estuco y pinturas donde la luz gana protagonismo.
La Iglesia del Monasterio de la Cartuja es una verdadera joya y está dividida en 3 partes, una para los fieles, otra para el coro de los hermanos legos y otra para el coro de Padres. No obstante, el centro de atención lo constituye su Altar Mayor que da paso al Sagrario.
Tampoco debemos olvidarnos del compás, espacio que sirve de preámbulo al monasterio, entrando en él mediante una portada del siglo XVI bajo la autoría de Juan García de Prada.
La decoración del Monasterio de la Cartuja es uno de los elementos que más impresiona a los visitantes, ya que contrasta con la sobriedad de su exterior.
Nada más pasar el postigo nos llama la atención sus ejemplares originales de empedrado granadino de los siglos XVI y XVII, conquistando todo el compás.
Igualmente, son espectaculares todas las pinturas que hay en el recinto, destacando los cuadros relativos a la orden cartujana realizados por Fray Luis Sánchez Cotán. Actualmente, estas obras de arte se encuentran principalmente en el refectorio.
También encontramos importantes joyas artísticas en otras dependencias como la imagen de San Bruno de alabastro en el capítulo de legos, las pinturas de Vicente Carducho en la sala capitular o el cuadro de Judith pintado por Bocanegra en el sagrario, entre otros.
Como se ha podido observar a lo largo de este artículo sobre por qué visitar el Monasterio de la Cartuja, dentro de sus dependencias observamos una exquisita decoración, representado la cumbre de la arquitectura barroca española. Además, la presencia de los monjes cartujos y de otras personalidades, hacen que este emplazamiento tenga una gran riqueza histórica.
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