Duración: 2 horas y media
El punto de encuentro será la Plaza de Santo Domingo, junto a la estatua de Fray Luís de Granada.
Juan de Ávila, conocido como el “Apóstol de Andalucía”, fue un gran predicador, humanista reformador, guía espiritual, confesor, asceta y místico, fue el hombre más consultado de España durante el siglo XVI.
Estudió Derecho en la Universidad de Salamanca y Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, donde las nuevas corrientes del pensamiento filosófico humanista cambiaron para siempre la perspectiva del ser humano, sus capacidades y valores y las relaciones con el mundo que le rodea.
Se ordenó sacerdote en 1526. Desde 1535 hasta su muerte, se mantuvo vinculado a la diócesis de Córdoba, aunque su acción y su obra dejarán una profunda huella en toda Andalucía, sobre todo en Granada, donde estudió y ayudó a organizar las nuevas infraestructuras educativas para la evangelización de una ciudad donde la cultura hispanomusulmana seguía aún muy viva y presente en la población morisca del Albaicín.
Los lugares donde se concentra su labor más representativa son: Baeza, Montilla y Granada, y es en esta ciudad, Granada, donde nuestra ruta redescubre las aportaciones de trascendental importancia que Juan de Ávila hace a nuestra historia, dejando una profunda huella en Granada. En esta original ruta descubriremos los lugares de Granada donde el padre Ávila dejó su impronta, ayudándonos a comprender más y mejor la historia de Granada y su papel protagonista no sólo en la España, sino también en la Europa del siglo XVI.
De todas sus ricas aportaciones, hay que resaltar su fundación universitaria en Baeza, así como su rica y decisiva aportación en la segunda y tercera etapa del Concilio de Trento, a través de su amigo, el arzobispo de Granada, don Pedro Guerrero.
Gracias a su biógrafo y amigo personal, Fray Luis de Granada, descubrimos a un ser humano profundamente coherente y lleno de fuerza, que destacó por su gran capacidad de remover conciencias a través de su predicación y de despertar así la dimensión espiritual de aquellos que le escuchaban en las homilías o en confesión.
El Padre Ávila fue un referente indispensable para muchos personajes ilustres, desde el rey Felipe II, la nobleza y el clero a los parroquianos más humildes y también a los más invisibles: moriscos, niños y mujeres.
Déjate sorprender por el padre y maestro Ávila, que tanto amó Granada hasta el punto de llamarla cariñosamente: “Mi Granada”.
Idioma disponible para la ruta: español.Vídeo de youtube que hecho por los compañeros de medios de comunicación del arzobispado.