La historia de la Catedral de Granada adquiere sentido a raíz del proyecto de ciudad imperial de Carlos I de España. Sus abuelos maternos, los Reyes Católicos comenzaron actuaciones en 1492 las cuales quiso continuar el Emperador.
A continuación, vamos a hacer un repaso por toda la historia de la Catedral de Granada comenzando por el proyecto imperial y finalizando por su construcción.
En la Granada renacentista se tomaron dos decisiones importantes hablando urbanísticamente y arquitectónicamente. El palacio del Emperador en la Alhambra y el conjunto compuesto por la Lonja, Capilla Real y Catedral en el centro de la ciudad.
Fueron diversos los motivos por los que finalmente no se pudo ver concluido el proyecto imperial y lugar de enterramiento del Emperador, así como de sus sucesores dinásticos.
Su historia comienza el 14 de mayo de 1492 con la creación del cabildo y la fundación de la Catedral. Tuvo su sede provisional en la Mezquita Real de la Alhambra y fue dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación.
El 23 de enero de 1493 fue nombrado arzobispo de Granada fray Hernando de Talavera. Fue justo un año después, en 1494, cuando se inició en octubre el primer traslado de la Catedral. Desde la Alhambra bajan la sede y el cabildo al templo de Santa María ubicado en el Realejo, y, posteriormente, a San Francisco Casa Grande. En 1502 fue autorizado un nuevo y definitivo traslado por parte de Alejandro VI.
La Reina Isabel estaba deseosa para que la antigua mezquita fuera la que albergase la nueva sede catedralicia. Esta no reunía las condiciones para ello, por lo que dio paso la idea de edificar un templo de nueva planta en el centro de la ciudad. Se comenzó por la Capilla Real.
Para conocer bien la historia de la Catedral de Granada, debemos hablar acerca de su construcción. Fueron dos, o incluso tres, los proyectos arquitectónicos de la Catedral de Granada.
En cuanto al primer proyecto, podemos decir que incluía además del templo funerario de la Capilla Real, las trazas de la Catedral, de cabecera poligonal con cinco naves. Este primer proyecto respondía al estilo gótico cuyas precedentes fueron la Catedral de Toledo y de Sevilla.
En 1521, cuando el cabildo tuvo el dinero necesario para expropiar las casas que ocupaban el emplazamiento, se condujo a comenzar y proceder a lo que estuviese por hacer. En diciembre de ese mismo año, Egas nombró maestro de obras a Sebastián de Alcántara. Y fue, el 25 de marzo, de 1523, cuando el primer sucesor de fray Hernando puso la primera piedra.
Antes de la destitución de Egas, siguiendo el estilo gótico, este había levantado los muros de la cabecera y la parte norte de la Catedral hasta la torre.
Finalmente, la visita de Carlos I e Isabel de Portugal tuvo una gran repercusión tanto en la ciudad como en la Catedral de Granada. Durante su estancia, Carlos I, tuvo la oportunidad de ver la capilla que había establecido como panteón de los futuros reyes de España su abuela materna, Isabel la Católica.
El sitio escogido le pareció al Emperador un tanto impropio, por lo que adoptó una solución de compromiso en base a la decisión de su abuela. Esta se basaba en habilitar la capilla mayor de la futura Catedral como panteón imperial para el linaje de los Austrias.
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