El refectorio y la sala de profundis del Monasterio de la Cartuja de Granada constituyen dos de las zonas correspondientes de sus dependencias comunes. Ambas se organizan mediante el claustrillo, obra del siglo XVII, y cuya dedicación era a la vida en común.
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El refectorio se trata de una sencilla estancia con bóveda de crucería, de evocaciones góticas, la cual muestra la austeridad de los cartujos. Fue construida entre los años 1531 y 1550. Cuenta con tres ventanas de arco de medio punto y un sencillo óculo que le proporcionan luz y un banco de mampostería que recorre la nave. Se conserva el púlpito junto a la entrada.
Por otro lado, la cocina y despensas se encuentran en el lado sur a un nivel inferior.
Actualmente, podemos observar en sus paredes valiosas pinturas de Fray Juan Sánchez Cotá, el cual ingresó como cartujo en Granada en 1603.
En la cabecera nos encontramos el cuadro de la Santa Cena. En este quiso mostrar la sensación de que sucedía en el mismo recinto mediante efectos de perspectiva e iluminación.
El suelo que se representa es el mismo que el del Refectorio, así como las dos ventanas del fondo que parecen formar parte de la arquitectura. Se muestra un gran naturalismo mediante los rostros de las figuras presentes en el cuadro.
Por encima de dicho cuadro, pintó una cruz mediante la técnica del trampantojo creando un efecto de relieve.
El resto de cuadros que se encuentran en el Refectorio pertenecen a tres series diferentes:
La sala de profundis era el lugar de oración de los monjes antes de la comida, mediante la cual accedemos por la pequeña puerta que se encuentra a los pies del Refectorio. Fue construida en el año 1600.
En dicha sala, los monjes rezaban el salmo penitencial De profundis clamavi ad te (desde lo más profundo te llamo a ti), durante los sufragios de los difuntos.
Lo que más destaca es el frontal. Cuenta con un retablo de trazas clasicistas pintado en grisalla a trampantojo. El estudio de la perspectiva que muestra así como el análisis de luz es tan real que logra engañar al espectador. En él se vislumbra el cuadro de "San Pedro y San Pablo", firmado en la hoja de la espada. Posee una clara influencia manierista al igual que las obras que hizo para El Escorial Navarrete el Mudo.
En la sala podemos observar otras pinturas pertenecientes a Cotán. Destacan aquellas tres que pertenecían a la serie de los orígenes de la orden donde es narrado el lugar señalado por San Hugo para la construcción y el comienzo de las obras de la Cartuja, así como la aparición de San Pedro a los discípulos con el fin de reforzar su fe.
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