Las Santas Cuevas de la Abadía del Sacromonte

Las Santas Cuevas suponen el origen de la Abadía del Sacromonte. El conjunto se construyó en diversas fases, edificándose sus elementos más característicos en el siglo XVII. Entre estos destacan las capillas de las Santas Cuevas, la residencia de los sacerdotes, la colegiata, el claustro y el Colegio Viejo. Justo a finales de ese mismo año, su construcción dio un impulso con la ampliación del colegio primitivo y su aumento de patrimonio.

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Las Santas Cuevas

En primer lugar, antes de aterrizar en las Santas Cuevas, nos encontramos un camino de piedra en el patio llamado del Sagrado Corazón donde aparecen una serie de esculturas. Entre ellas encontramos a San Sebastián, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. En el último tramo, podemos vislumbrar dos figuras dedicadas a la vida de la Virgen.

A las Santas Cuevas nos introducen dos ángeles músicos alrededor de la gran Custodia, lugar donde se expone la tradición católica del Cuerpo de Cristo.

Cabe destacar que en las Santas Cuevas se hallaron los libros plúmbeos así como los restos de los primeros mártires que evangelizaron la zona. Tras este descubrimiento, se fue modificando mediante la construcción de diversas capillas en su interior.

Entrada exterior y sus Capillas

Nos encontramos la Capilla Bautismal donde resalta el frontal del altar realizado en cerámica sevillana. De igual modo, sobre la mesa podemos ver una serie de relicarios dorados del siglo XVIII, los cuales representan el testimonio de los martirios sufridos.

La escalera nos dirige hacia hacia las galerías de las grutas, muy parecidas a las catacumbas de la época romana.

En primer lugar, nos encontramos con una gran bóveda que da paso a dos capillas, la de la Virgen Dolorosa y la de la Inmaculada. Posteriormente, observamos una segunda bóveda, que quiere decir que nos encontramos en el llamado "Horno de San Cecilio", el lugar más venerable de las Santas Cuevas. Aquí encontramos un busto relicario del santo como memoria del lugar de su enterramiento.

Más adelante se encuentra la Capilla de Piedra, siendo la más suntuosa y barroca, labrada en piedra como su propio nombre indica. En su retablo podemos hallar una talla de la Virgen del Rosario de la escuela granadina del siglo XVIII. A los lados se encuentran unos cuadros que representan a San Antón y al Salvador.

Finalmente en la bifurcación se ubica una amplia estancia y la Capilla de Santiago. Esta primera fue la casa donde vivieron los primeros cinco sacerdotes que atendieron a los peregrinos. Un aspecto a resaltar es la enorme piedra bajo un arco de ladrillo, la cual decían que estaba sobre las cajas de los Libros Plúmbeos. En la Capilla de Santiago nos encontramos un retablo renacentista dedicado a la Inmaculada.

Muchos de los viajeros son los que resaltan que al caminar a través de las Santas Cuevas de la Abadía del Sacromonte de Granada, les invade la paz y la tranquilidad.

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