En el interior de la Catedral de Granada podemos encontrar preciosos elementos decorativos y simbólicos como son sus esculturas, las cuales pertenecen en su mayoría a grandes artistas de la escuela barroca granadina. Por esta razón, es necesario conocer en profundidad las esculturas de la Catedral de Granada.
¿Te gustaría obtener una información rigurosa y de interés sobre las esculturas de la catedral granadina? ¡Quédate a leer este artículo, te mostramos todo lo que debes saber a continuación!
Alonso Cano es uno de los maestros que más presencia podemos encontrar en la Catedral de Granada ya que, además de diseñar su fachada, también elaboró múltiples obras escultóricas.
En este sentido, su talla de la Inmaculada Concepción destaca por su belleza, el misterio que transmite y su expresión. Posee un tamaño de 55 centímetros y está elaborada con madera de cedro. En el siglo XVIII se le añade una peana de plata y se ubica en la sacristía.
También pertenece a Alonso Cano la Virgen de Belén, que se localiza coronando el facistol, pretendiendo el artista dar su versión personal de la maternidad de María. Así vemos a María sentada y sosteniendo con su mano izquierda a Jesús, el cual dirige su mirada al frente.
El Busto de San Pablo es otro tallado que debe ser destacado y podemos visualizarlo frente a la Virgen de Belén. El autor recurrió al modelado de la talla y la policromía, colocando el rostro de Pablo vuelto sobre el hombro derecho, dotando a la figura de una energía vital impulsada por su pasión por Cristo.
Entre todas las creaciones de Pedro de Mena debemos resaltar su Virgen de Belén donde recrea a una acogedora María que, con todo su cariño, cambia el pañal de Jesús. El niño trata de refugiarse en su madre tratando de darle un abrazo.
Esta escultura cuenta con 40 centímetros de longitud y muestra una bella expresión barroca del papel de madre de María. Además, transmite una gran unión entre progenitora e hijo.
Pedro de Mena emplea la policromía en azul, rojo y blanco (divinidad, humanidad y pureza) para aportar confianza e invitar a orar. Asimismo, presenta una digna rigidez clásica y su tamaño parece claramente pensado para crear una conexión cercana con los fieles.
Finalmente, para conocer las esculturas de la Catedral de Granada más notables, no podíamos olvidarnos del trabajo de Torcuato Ruiz del Peral, el cual recibe la influencia de José de Mora y Diego de Mora.
En 1795, monjas del Convento de santa Inés donaron a la Catedral de Granada la escultura de la Cabeza de San Juan Bautista, perteneciente a Torcuato Ruiz del Peral. Esta cabeza se presenta sobre una bandeja de plata y muestra la gran técnica que tiene el artista. Así, sorprenden los cabellos revueltos de la cabeza y la barba junto con la cadavérica boca que permanece abierta.
Como resultado, la figura adopta un realismo espectacular, provocando una imagen estremecedora y violenta donde refleja un sangriento martirio.
Como se ha podido observar a lo largo de este artículo sobre las esculturas de la Catedral de Granada, grandes artistas crearon figuras con volumen para uno de los emplazamientos más importantes de la ciudad, representando a personajes característicos de la religión. Esto le otorga majestuosidad a la catedral y enriquece su decoración.
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